Homenaje Póstumo
Francesca Woodman en su estudio en 1976
Su trabajo se encaminó hacia la exploración temas como la subjetividad
femenina y el conceptualismo, desarrollando un sólido trabajo que la
convertiría en una de las más relevantes fotógrafas norteamericanas de la
década de 1970
Mirar las fotografías de Francesca es intentar comprender, ver, alcanzar
aquello que se nos escapa, imágenes cubiertas de una bruma que más que
mostrarnos algo sólo nos deja intuir. Francesca vuelve una y otra vez sobre si
misma, su cuerpo se nos muestra de mil maneras y de mil ángulos y nunca la
alcanzamos, sólo nos queda esa terrible sensación de soledad y tristeza
envuelta en una sensualidad que queda suspendida en el aire, casi etérea.
Su obra no estaba destinada a producir
espectáculo sino intimidad, al expresar el desasosiego, el miedo y la angustia,
indagando la ausencia del cuerpo. Todo su trabajo muestra la ansiedad por
mimetizarse, por desaparecer y perderse en escenas cargadas de soledad que a la
vez brillan rodeadas de un aura: la luz del atardecer, de la despedida, de lo
que acaba. En la mayoría de sus fotografías la artista aparece convertida en
sombra, cubriéndose con el papel pintado de la pared, sucia de barro, ocultando
su rostro, camuflada como parte del mobiliario, borrosa y fuera de foco.
Francesca Woodman ( Denver, Colorado3 de abril de 1958 –Nueva York,19
de enero de 1981 ), fue una fotógrafa estadounidense, nacida en el seno de una
familia de artistas. Sus padres, eran artistas plásticos que ahora gestionan un
archivo de más de 800 imágenes. Obtuvo de ellos sus primeras influencias hacia
el arte, de tal forma que, desde pequeña, lo conceptualizó no sólo como un modo
de vivir, sino más bien como un modo de pensar.
La infancia de Francesca transcurrió entreBoulder, un pueblo deColorado, y Antella,
una aldea de la campiña toscaza frecuentada por artistas y exponentes de la
alta sociedad deFlorencia. Su interés por la fotografía surgió a una edad muy
temprana, con solo 13 años empezó con sus primeros trabajos, ya adoptando un
estilo característico, casi siempre fotografiando en blanco y negro, con formato
cuadrado, y dando prioridad a la iluminación para, a través de ella, conseguir
centrar la atención sobre un sujeto principal ( y normalmente único ) en la
escena.
Entre los años 1975 y 1979 fue estudiante de la Rhode Island School of
Design en Providence, y fue aceptada en el Programa de Honores que le permitía
vivir durante un año en las instalaciones de la escuela en Palazzo Cenzi en Roma.
Allí se identificó con el surrealismo y el futurismo, que desde entonces
ganaron presencia en sus fotografías, así como la decadencia, representada en
las paredes desnudas y los objetos antiguos que también comenzaron a poblar sus
trabajos.
Se trasladó a Nueva Cork en 1979, donde quiso hacer carrera fotográfica.
Envió portafolios a algunos fotógrafos de moda, pero sus esfuerzos no se vieron
recompensados. Debido a su fracaso y a una ruptura sentimental, Woodman entró
en una depresión.
El 19 de enero de 1981 Francesca Woodman se suicidó saltando por una ventana del Lower East Side de Manhattan. Antes de suicidarse, en una carta a un amigo de la escuela, Sloan Rankin, escribía las siguientes palabras. “Mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y preferiría morir joven dejando varias realizaciones… en vez de ir borrando atropelladamente todas estas cosas delicadas…”.
El 19 de enero de 1981 Francesca Woodman se suicidó saltando por una ventana del Lower East Side de Manhattan. Antes de suicidarse, en una carta a un amigo de la escuela, Sloan Rankin, escribía las siguientes palabras. “Mi vida en este punto es como un sedimento muy viejo en una taza de café y preferiría morir joven dejando varias realizaciones… en vez de ir borrando atropelladamente todas estas cosas delicadas…”.
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