La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día
de hoy.
No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles,
pero son difíciles
porque no nos atrevemos a hacerlas.
La ira: un ácido que puede hacer más daño al recipiente en la que se
almacena
que en cualquier cosa sobre la que se vierte.
El colmo de la infelicidad es temer algo, cuando ya nada se espera.
No es pobre el que tiene poco, sino el que mucho desea.
No hay árbol recio ni consistente sino aquel que el viento azota con
frecuencia.
Es rey quien nada teme, es rey quien nada desea; y todos podemos darnos
ese reino.
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