Mujer de la tribu Mwila en Haze, con su hijo albino
Las mujeres de la tribu Mwila son famosas por sus peinados que son muy
significativos en su cultura. Las mujeres se untan el pelo con una pasta de
color rojo, llamada oncula, que se hace con un tipo de piedra roja triturada,
una mezcla de aceite, corteza de árbol triturada, estiércol seco de vaca y
hierbas. Además adornan su peinado con perlas, conchas de cauri y hasta comida
seca. Las mujeres Mwila también son famosas por sus collares, y para cada
período de su vida le corresponde un tipo específico de collar. Las niñas
llevan collares de color rojo fabricados con granos cubiertos de una mezcla
especial de tierra. A partir de la adolescencia usan collares de color amarillo
llamados Vikeka, y hechos con mimbre cubiertos de tierra que mantienen hasta su
boda. Nunca se quitan sus collares y duermen con ellos puestos.
Adornos femeninos de la tribu Mursi
Alrededor de los cuellos de las mujeres casadas, de la tribu Hamer, se
pueden ver estos "esente": torques de hierro forrados en cuero. Estos
son regalos de compromiso, se usan toda la vida e indican la riqueza de su
marido. Uno de los collares mas llamativos es el llamado "bignere"
que también son anillos de hierro y cuero, pero con un extremo en forma de
falo. Este collar sólo puede ser usado por la primera esposa y su status es el
mayor dentro de las esposas Hamer, el resto de las esposas viven una vida muy
dura ya que sobre ellas recae casi toda la carga de trabajo.
Las mujeres de la tribus Surma se perforan los lóbulos de sus orejas y
los agrandan todo lo que pueden poniéndose todo tipo de cosas en los agujeros
practicados. Cuando ya están preparadas para el matrimonio es cuando se hacen
un agujero en el labio para empezar a ponerse formas aplanadas en el interior
del labio.
La tribu Turkana habita en los territorios áridos del norte de Kenia, en
la frontera con Sudán. Son pastores nómadas adaptados a un área casi totalmente
desértica y están divididos en 28 clanes asociados cada uno de ellos a su
ganadería. Los Turkana son polígamos, pero la alta dote de pago (30 a 50
cabezas de ganado, 30 a 50 camellos o 100 a 200 de ganado menor) para casarse
significa, a menudo, que un hombre no puede hacerlo hasta que no haya heredado
la ganadería de su padre al morir.
Ella se llama Ana, vive en Hana, un enclave Mursi en el valle del Omo, en
Etiopía. Las escarificaciones se las hizo al cumplir los 14 años y desde el año
pasado se ha convertido al cristianismo, por eso lleva la cruz en el cuello. Su
pueblo tiene sólo 300 personas, y esta foto está tomada justo en la entrada de
su casa.
Una joven de la tribu Surma será hermosa si tiene un gran plato en los
labios y si su cuerpo está cubierto de escarificaciones. Las escarificaciones
se las hacen con espinas de acacia y a veces con hojas de afeitar. La
deformación de los labios son una parte importante de la cultura Surma. El
tamaño de los platos en los labios de las mujeres determina la cantidad de
ganado que las jóvenes recibirán como dote al casarse. A veces el labio se
rompe por la presión y este es un gran problema para la joven, porque los
hombres lo consideran tan feo, que no será capaz de casarse con nadie de la
tribu, aparte de con los ancianos o con personas enfermas.
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