Autorretrato - 1867
La personalidad artística de Odilon Redon está muy ligada a sus primeras experiencias vitales. Bertrand-Jean Redon -cuyo apodo de Odilon deriva del nombre de su madre, Odile- nace en Burdeos, Aquitania, Francia, el 20 de abril en 1840. Su familia acababa de regresar de Nueva Orleáns, donde su padre había hecho una pequeña fortuna desbrozando bosques. La mítica imagen paterna de un aventurero libre y decidido contrasta con el carácter ensimismado y soñador del pintor, poco proclive a la acción -"sólo vivía para mí, sintiendo repulsión.. por cualquier esfuerzo físico"-. Este talante iba a fraguarse en su infancia, que transcurre en la campiña francesa; sus problemas de salud aconsejaron que el pequeño Odilon abandonara el hogar familiar de Burdeos para residir, confiado a un viejo y bondadoso tío, en Peyrelebade, en el saludable ambiente del campo.
Para este "ser flotante, contemplativo, completamente arropado por sus sueños", la vuelta a Burdeos a los once años para comenzar a ir a la escuela constituye un duro golpe. Intentando vencer el hastío que le provoca la sordidez de su nueva vida, el joven se refugia más que nunca en su mundo interior. En estas fechas tiene intensas experiencias estéticas, en ocasiones teñidas de ciertas dosis de arrebato místico.
Por otra parte, aparecen ya unas inquietudes creativas que se concretan en la realización de copias de grabados de la época y en la práctica de la escultura. A los diez años recibió un premio de dibujo en la escuela. A los quince años, empezó el estudio formal del dibujo, pero la insistencia de su padre le hizo cambiar a la arquitectura. Su incapacidad para pasar los exámenes de entrada en la École des Beaux-Arts de París terminó sus planes para la carrera como arquitecto, aunque brevemente, allí estudió pintura con Jean-Léon Gérôme en 1864.
c. 1875
Dos personajes ejercerán una influencia poderosísima en el largo periodo de formación como artista de Redon. El primero es el acuarelista Stanislas Gorin, un pintor romántico que, como profesor particular de dibujo, desarrollará un magisterio benévolo y enriquecedor, transmitiéndole su interés por artistas que habrían de ser esenciales en la conformación de su estilo, como Corot, Millet y, sobre todo, Delacroix. De esta época es también el primer contacto de Redon con la obra inicial del que habría de convertirse en otro de los grandes del simbolismo, Gustave Moreau. Si Gorin le abre los ojos al arte, un curioso personaje con el que le unirá una gran amistad, Armand Clavaud, se los abrirá a la literatura y la ciencia; biólogo dotado de una extraordinaria erudición, se sentía fascinado por el mundo de los seres microscópicos, ámbito en el que se diluyen las barreras entre lo animal y lo vegetal. Clavaud, de quien Redon diría que era "tan sabio como artista", le inició a la literatura contemporánea, especialmente a la obra de Flaubert, Baudelaire y Poe, así como al misterioso mundo de la poesía hindú. Como Gorin, Clavaud admiraba vehementemente a Delacroix. Tras un penoso episodio -que el artista definiría en términos de "tortura"- en la Escuela de Bellas Artes de París, donde su espíritu libre choca con el rígido academicismo de su profesor Gerome. De regreso en su natal Burdeos, estudia escultura, y conoce al personaje que mayor influencia habría de ejercer en su formación, Rodolphe Bresdin, que lo instruyó en el grabado y la litografía. Artista dotado de una prodigiosa imaginación, dejaría en el pintor bordelés una huella profunda. Las primeras obras de Redon están directamente inspiradas en el mundo de las imágenes alucinadas de Bresdin y en su deseo de trascender de la mera representación de la apariencia física de los objetos. Su carrera artística fue interrumpida cuando se incorporó al ejército para servir en la guerra franco-prusiana de 1870. Hacia 1874 puede decirse que la formación del pintor ha concluido: con treinta y cuatro años se halla en posesión de un estilo plenamente personal.
Al final de la guerra, se trasladó a París, trabajando casi exclusivamente en carbón y litografía. Llamó a sus obras visionarias, concebidas en tonos negros, su noirs. No sería hasta 1878 que su obra ganó reconocimiento por Guardián del Espíritu de las Aguas, y publicó su primer álbum de litografías, titulado Dans le Rêve, en 1879. Aún así, Redon permaneció relativamente desconocido hasta que la aparición en 1884 de una novela de culto de Joris-Karl Huysmans titulada À rebours (contra la naturaleza) auténtica "biblia" del decadentismo finisecular, una historia donde aparece un aristócrata decadente que colecciona dibujos de Redon. Admirador de Poe, su relación con la literatura le llevaría a ilustrar varios libros de su amigo Baudelaire. También mantendría una estrecha relación con científicos como Armand Clavaud (quien le hace estudiar anatomía, osteología y zoología), o Charles Darwin. Todas estas influencias se reflejarían en su trabajo.
En 1884 fue uno de los fundadores del Salón de artistas independientes, para poder exponer con libertad, separadamente del Salón oficial de París.
Mayo 1914
La nota que caracteriza la producción de Redon durante los tres lustros que van desde 1875 al 1890 es la total supresión del color. Litografías, dibujos a lápiz y, sobre todo, a carboncillo constituyen un conjunto que Redon denominó Los Negros. En un escenario artístico como el francés de los años ochenta, totalmente dominado por el color, la sombría austeridad de esta obra no podía encontrar muchos compradores. No obstante, la publicación de carpetas de litografías, de una tirada no superior a los cincuenta ejemplares, contribuyó a la expansión del círculo de sus clientes. Entre estos iniciados se encontraban Stéphane Mallarmé, el más notable de los poetas simbolistas. En 1890, Redon regresa al mundo del color. En un artista que concibe el arte como una síntesis entre los estímulos de la realidad exterior y el mundo interior, no es difícil relacionar las mutaciones del estilo con los avatares de su vida privada: si el momento más oscuro de su producción, a mediados de la década de los ochenta, había coincidido con las muertes de una hermana, de su primer hijo antes de cumplir un año, y de su amigo Hennequin, el nacimiento de su segundo hijo, An, sin duda influirá en la nueva vitalidad que desprende su obra a partir de 1890.
La Obra de Odilon Redon se inicia en curiosa oposición a la corriente impresionista dominante en su época. Mientras los impresionistas experimentan con el color, Redon trabaja en una extraordinaria serie de dibujos y litografías que él mismo llamaría "Los Negros". "Toda mi originalidad consiste en dar vida, de una manera humana, a seres inverosímiles y hacerlos vivir según las leyes de lo verosímil, poniendo, dentro de lo posible, la lógica de lo visible al servicio de lo invisible." Así, Redon da rienda suelta a su fantasía, entremezclando mitos paganos con materialismo científico, animales imaginarios con maquinaria de la Revolución industrial. En su iconografía poética de lo corriente derivado en extravagante y místico se halla la clave tanto del entusiasmo suscitado por su trabajo en contemporáneos como los Nabis como de su futura consideración como precursor del surrealismo.
Hasta 1890 su trabajo fue casi exclusivamente en blanco y negro, pero poco a poco, y rondando ya los cincuenta años, sus litografías se tornan más luminosas, hasta alcanzar finalmente el color. Es entonces cuando las litografías y dibujos al carbón son sustituidos por acuarelas, pasteles y óleos. Sus temas siguen siendo los mismos: mitos clásicos, orientales, bíblicos, literarios y científicos adaptados a su particular y un tanto alucinada visión interior. No produjo más noirs después de 1900. En 1899, expuso con los Nabis en Durand-Ruel. En 1903 fue condecorado con la Legión de Honor. Su popularidad aumentó cuando un catálogo de grabados y litografías fue publicado por André Mellerio en 1913 y ese mismo año, relizó la mayor presentación individual en el Armory Show de Nueva York.
El 16 de julio de 1916, Redon encuentra la muerte, una vieja amiga con la que durante toda su vida mantendría una ambigua relación de amor y odio.
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UNA SELECCIÓN DE SU OBRA
Debido a su prolífico trabajo, y que todo no me acaba de gustar,
he insertado lo que para mi gusto personal encuentro más atractivo.
Por orden cronológico
Beatrice - 1885
Redon describe su obra como indefinible y ambigua:
El trabajo de Redon representan una exploración de sus sentimientos internos y la psique. Él quería "poner lo visible al servicio de lo invisible"; así, aunque su obra parece llena de seres extraños y grotescas dicotomías, su objetivo era representar gráficamente los fantasmas de su propia mente. La fuente de inspiración de Redon y las fuerzas detrás de sus obras pueden encontrarse en su diario Soi-même (para mí). Su proceso fue explicado mejor por sí mismo cuando dijo:
"Tengo a menudo, como ejercicio y como medio de subsistencia, pintar ante un objeto hasta los accidentes más pequeños de su aspecto visual; pero el resultado me deja triste y con una sed insatisfecha. Al día siguiente abordo la fuente de la imaginación, a través del recuerdo de las formas y entonces mi ánimo está más tranquilo y sosegado."
La vasija del misterio - 1890
Frases de Redon
"Aunque reconozco la necesidad de una base de la realidad observada, el verdadero arte radica en una realidad que se siente."
"El artista representa día a día al ritmo de los impulsos del mundo universal que le incluyen a él, continua en un centro de sensaciones, siempre flexibles, que hipnotizado por las maravillas de la naturaleza que ama, él examina fatalmente. Sus ojos, como su alma, están en perpetua comunión con el más casual de los fenómenos".
"El gris fundamental, que distingue a los maestros, les expresa, es el alma de todo color".
"Tengo una sensación sólo para las sombras".
"Un título está justificado sólo cuando los objetivos son vagos e incluso confusos en la máquina elíptica. Mis dibujos inspiran y no deben definirse. No determinan nada. Nos ponen como lo hace la música, en el ámbito ambiguo de lo indeterminado. Son una especie de metáfora..."
¿"Lo que distingue al artista del aficionado? Sólo el dolor que siente el artista. El aficionado busca sólo placer en el arte."
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( en esta última frase, no estoy de acuerdo con él. Si uno no disfruta pintando, cocinando, paseando, o realizando cualquier actividad, tiene por delante una vida muy triste. No se trata de buscar ese " placer ", simplemente cuando estás concentrado en lo que haces, el viene a tí )
San Juan con túnica azul - 1892
Salomé - 1893
El niño - 1894
La copa del conocimiento - 1894
Flor de sangre - 1895 ( clicar )
La túnica amarilla - 1895
Conversación mística - 1896
Cristo en silencio - 1897
Calvario - 1897
Lady Macbeth - 1898
Ophelia - 1900 ( clicar )
Anciano alado con larga barba - 1900
Retrato de la señora Redon con Ari - 1902
Ángel viejo - 1903
El santo - 1903
Nubes floreadas - 1903 ( clicar )
El Buda - 1904
El Buda - 1904 - detalle ( clicar )
Ophelia con capa azul - 1905
Mujer en arcada gótica - 1905 ( clicar )
Ophelia entre las flores - 1905/08 ( clicar )
La muerte de Ophelia - 1905 ( clicar )
Buda paseando entre las flores - 1905
El carro de Apolo - 1906
Alegoría de ventana con vidrieras - 1908
Tres jarrones con flores - 1909
Visión submarina - 1910
Visión submarina - 1910
El nacimiento de Venus - 1912
Ramo de anémonas - 1912
La mirada - sin fecha
Vasija con amapolas - sin fecha ( clicar )
Nacimiento de Venus - sin fecha
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