Hermenegild Anglada i Camarasa, también llamado Hermen, nació en Barcelona el 11 de septiembre de 1871. Fue un pintor catalán, destacado representante del postimpresionismo. Estudió el arte de la pintura primero con Tomás Moragas (1837–1906) y luego con Modest Urgell en la Escola de Belles Arts de Barcelona. En los inicios del siglo XX estableció su estudio en París. Al estallar la Primera Guerra Mundial, fijó su residencia en Mallorca. Durante la Guerra Civil Española prácticamente se refugió en el Monasterio de Santa María de Montserrat. Entre 1939 y 1947 estuvo exiliado en Francia, regresando después a Mallorca. En 1901 tras participar en la Exposición Internacional de Dresde (en la cual coincidió con Ignacio Zuloaga y Francisco Iturrino) obtuvo renombre mundial. Fue premiado en varias exposiciones internacionales, destacando las Medallas de Oro en la Bienal de Venecia de 1907 y en Buenos Aires en 1910. Estos logros le permitieron dar clases a varios alumnos meritorios procedentes de diversos países (entre ellos pueden contarse a los argentinos Tito Cittadini y Raúl Mazza o el uruguayo José Cúneo).
Anglada Camarasa fue admirado por el escritor ruso Maxim Gorky y el director teatral Vsévolod Meyerhold, al punto que el segundo realizó en San Petersburgo una escenografía basada en la obra del pintor catalán.Gran parte de su obra esta adscrita al modernismo y, en tanto que correspondiente a tal estilo artístico, los valores cromáticos quedan en ella supeditados a lo suntuario y ornamental con abundancia de motivos orientalizantes. En tal caso Anglada Camarasa es todavía un representante de la Belle Époque; sin embargo, supo acompañar la evolución del arte durante la primera mitad del siglo XX aproximándose moderadamente a las vanguardias de ese siglo sin por ello abandonar cierto toque impresionista. Entre los elementos vanguardistas que se encuentran en su obra están el tratamiento artificioso de la luz y el recurso a densos empastes que le han caracterizado ( el esmaltismo de Anglada Camarasa ).
La singularidad de su trabajo se reforzó cuando en 1913 inició su residencia en las islas Baleares hasta donde le acompañó su aventajado discípulo Tito Cittadini, y fue seguido por el pintor mallorquin Joan Fuster Bonnin. En 1916 quedaba fundada por ellos la Escuela de Pollensa. En la pintura de Anglada Camarasa se distinguen diversas épocas:- Época catalana (1885 - 1894). Se inicia en el paisaje, de estilo naturalista.- Primera época parisina (1894 - 1904). Su pintura evoluciona desde el verdeante paisajismo anterior al acusado colorido de la vida nocturna parisina. Se dedica a representar la vida galante de París, mediante figuras difuminadas, en los ambientes nocturnos de la Belle Epoque, captando también los estragos de la droga en las mujeres y el novedoso alumbrado eléctrico. Asimismo, pinta escenas de la vida gitana, y temática ecuestre.- Segunda época parisina (1904 - 1914). Las escenas de París dejan paso a representaciones del folclore valenciano, tratando estos temas con gran exuberancia y colorido. También realiza sofisticados retratos, en los que acompaña las figuras femeninas con mantones y motivos florales, y representa algunos desnudos con delicadeza y sensualidad
Época mallorquina (1914 - 1936). Se centra en los paisajes de Mallorca. Representa ambientes campesinos y costeros, alejando de sus lienzos la figura humana. También dedica una serie a los peces y fondos del mar, representados con vivos colores y brillos.- Época del exilio (1936 - 1947). Se dedica fundamentalente a pintar bodegones de flores.De regreso a Mallorca, vuelve a la temática paisajística, aunque ya realiza pocas obras. Murió en su casa del Puerto de Pollensa (Mallorca) el 7 de junio de 1959 cuando tenía 88 años. En 1967 su casa se abrió al público como museo privado. En 1991 su obra conservada en dicho museo fue adquirida por la Fundació La Caixa. Actualmente su obra se exhibe en la sede de la Fundació La Caixa de Palma de Mallorca, conocida como el Gran Hotel.
Acertadamente, Anglada es el resumen de toda la interpretación de paisaje en Pollensa, otro pintor que se "transformó" con su llegada a Mallorca, pasó de ser el Anglada decorativista al Camarasa realista imaginario, un concepto muy difícil de asumir. En su etapa en Paris, este catalán había montado una taller-escuela en la Rue Ganneron de Paris, y en su venida trajo a todos sus discípulos, Cittadini, Montenegro, Dihel, Naguil, a eso le añadimos el interés que mostrarón los pintores isleños por la obra de Anglada. En resumidas cuentas los paisajes de este pintor tienen una armonía que los hace extraordinarios.
Su obra se sitúa en la transición entre el Modernismo y el Novecentismo catalán y fue calificada como fruto de un excesivo decorativismo modernista, muy en la línea del Art Nouveau. Lo cierto es que su pintura, muy exuberante en coloridos y arabescos, tiene una trascendencia pictórica excepcional en la historia del arte catalán ya que influyó en muchos pintores. Después de la etapa inicial, se dedicó preferentemente a la figura, con especial atención a los temas folklóricos, valencianos y gitanos, que fueron el punto de partida hacia una pintura paisajística de exuberante belleza colorísta y exaltado cromatismo, de grosores de materia insólitos y luces de color vibrante entre los peculiares y refinados arabescos propios de un dibujante magistral.
OBRA POR ORDEN CRONOLÓGICO
Cataluña, etapa de formación (1885-1894)
Transcurre entre la ciudad de Barcelona, Vilanova i la Geltrú y Arbúcies. En ella destacan óleos y dibujos de paisajes de un naturalismo realista que conecta con la pintura predominante en la época.
Sus dotes de dibujante se perfilan ya en las obras iniciales, como Cobertizo (1886), que es la obra más antigua del artista que se conoce. A las visiones panorámicas se contraponen el gusto por la descripción y el detallismo, y un interés posterior por los enfoques más fotográficos, que le llevan a reducir el campo visual y observar con detenimiento fragmentos del paisaje.
A este período pertenecen Flores y copa y Paisaje con puente, que nos introduce en el grupo de óleos que revelan la influencia de su maestro Modest Urgell: en ella la luz crepuscular y una línea de horizonte elevado permiten a Anglada trabajar el detallismo naturalista del primer plano, en el que las flores muestran su tímido protagonismo.
Flores y copa - 1889
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Primera etapa parisiense (1894-1904)
Los primeros años de estancia en París están llenos de dificultades para el artista, pero a partir de 1901 participa en las más importantes exposiciones internacionales que se celebran en Europa y empieza a adquirir fama. Las obras que se presentan muestran su quehacer de estos años; desde retratos todavía vinculados al realismo hasta las visiones nocturnas del mundo frívolo parisino, que le supondrían el reconocimiento y la fama. En este período aparece también el tema gitano, que continuará representando hasta el final de su trayectoria.
Effet de lampe fue la obra escogida por Anglada para presentarse ante el público y la crítica de París en 1898. Esta cabeza de viejo constituye el preludio de la fascinación del pintor por la luz eléctrica, cuyos efectos captaría a menudo en los ambientes nocturnos de la gran ciudad. Paris, la nuit y Palco nos presentan a las protagonistas de la vida nocturna que tanto le llamaron la atención, envueltas en sus ropajes etéreos y lujosos.
Los bailes gitanos, de gran plasticidad, constituyen un enfoque original de un tema que entonces estaba de moda, y en ellos confluyen el gusto por el color, la expresividad de los personajes, el aprecio por la música y cierto matiz exótico.
Cabeza de viejo - 1895 - 1897
Cara de hombre viejo - 1895 - 1897
Mujer de noche en París - 1898
París la nuit - c. 1900
La droga - 1901-1902
Dermarche gitane - 1902
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Segunda etapa parisiense (1904-1914)
En 1904, Anglada-Camarasa realiza un viaje a Valencia que marca un cambio radical en su pintura. A partir de entonces, en su obra predominan las escenas de inspiración folclórica: composiciones de tema valenciano, pero también escenas gitanas, o figuras femeninas con motivos que evocan la indumentaria popular, como mantones o peinetas.
Con el mundo gitano se relacionan el estudio al carbón para el óleo Desnudo bajo la parra y el baile de mantones de Madrugada. Vuelta de la verbena. En la majestuosa figura de Novia valenciana destaca el brocado del vestido, que contrasta con la finura de los brazos. La Sibila, enigmática mujer de sugerente título, y la figura vestida de torero de El ídolo completan la representación de este tipo particular de retratos, en los que se combinan mirada, texturas y atavíos. Anglada busca en ellos el color, el efectismo y la brillantez escenográfica, alejándose de la anécdota y de los vínculos literarios.
A partir de 1905, Anglada-Camarasa pinta una serie de obras de inspiración folclórica y tamaño considerable, alejadas del regionalismo pictórico que estaba en boga, y que se vinculan con un proyecto para la decoración de un palacio, una aspiración que no llegó a ejecutar. A este conjunto pertenece Los enamorados de Jaca, serenata nocturna de guitarristas ambientada en un pueblo de Aragón.
Caballo y gallo - 1904
Le paon blanc - 1904
Los ópalos - 1904. Óleo sobre tabla. 85 x 150 cm. Museo Nacional de Bellas Artes. Buenos Aires. Argentina
Vendedor de gallos - 1904
Champs Elysées - 1904
Friso valenciano - 1905 - 1906
La novia de Benimamet - 1906 - Óleo sobre lienzo. 140 x 175 cm. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia. Madrid
Jovenes de Liria - 1907 - 70 x 80 cm.
La gata rosa - c. 1908 - ( clicar )
Campesinos de Gandía - c. 1908
Valenciana entre dos luces - 1908
El tango de la corona - 1910
Valencia - 1910
Novia Valenciana - 1911
Retrato de Marianne Willumsen - 1911 - 109,5 x 207 cm.
Sevillana - 1911-12. Óleo sobre lienzo. 175 x 100 cm. Museo Nacional de Bellas artes. Buenos Aires. Argentina
Tórtola Valenciana - 1912
Retrato de Sonia Klemery - Condesa de Pradère - 1913 - 187 x 200 cm.
'La Sibila' - 1913.
Chula de ojos verdes - 1914
Granadina - 1914
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Primera etapa mallorquina (1914-1936)
Antes de estallar la Primera Guerra Mundial, Anglada-Camarasa abandona París y se traslada a Mallorca. Instalado en un lugar de gran belleza y serenidad como era Port de Pollença, realiza una obra centrada básicamente en el paisaje, que él interpreta y plasma con una pintura exuberante, de colores vibrantes y fuertes contrastes.
Los árboles, los peñascos, la bahía, se convierten ahora en protagonistas de sus cuadros. El paisaje de interior también le atrae, y pinta a menudo los parajes de La Vall d’en March, en el camino hacia Lluc. Otra variante paisajística es la que practicó en El Pinaret, finca de su propiedad en la que se dedicó al cultivo de rosas y frutales; a este jardín particular corresponde Hort de les maduixes.
A pesar de las novedades, no abandona los retratos femeninos, a menudo realizados por encargo, aunque ahora presenta las figuras en ese entorno mediterráneo, como en el caso de Adelina del Carril de Güiraldes. Tampoco deja de lado las escenas de baile gitano.
El único contacto documentado que conocemos de Anglada con Aragón tiene lugar en 1916, en un viaje de Barcelona a Madrid, pues durante el trayecto realiza unos dibujos de las montañas de Alhama.
Ametllers en flor - 1917
La higuera -1917 - ( clicar )
Els lledoners de Bóquer - 1918
La higuera de la huerta, invierno. Mallorca - c. 1918
Retrato de Leticia Bosch, duquesa de Dúrcal - 1922
Pins de Formentor - 1923
Marieta Ayerza de González Garaño - 1924
La costa del Colomer - 1927 - ( clicar )
Gruta en el fondo del mar - 1927
Fons de mar - c 1927 - 1928
Bóquer - 1920-36. Óleo sobre lienzo. 47 x 69 cm. Ajuntament de Palma. Palma de Mallorca.
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Guerra Civil y postguerra (1936-1959)
Al empezar la Guerra Civil española, Anglada se encontraba en Barcelona. Republicano, no puede regresar a Mallorca y se refugia en Montserrat, donde el paisaje de la montaña y las panorámicas desde esta se convertirán en protagonistas de sus lienzos.
Al final de la guerra le siguen los años de exilio en Francia, en la estación termal de Pougues-les-Eaux. La situación, marcada por la lucha armada con Alemania, le impide pintar en condiciones deseables, pero su talante optimista pone freno a los contratiempos. En los huertos y jardines cercanos obtiene material con el que realiza composiciones florales o bodegones, pinta paisajes del entorno cercano y cuando las dificultades arrecian acude a su memoria para construir escenas imaginarias, a menudo ambientadas en el paisaje y la luz de Mallorca.
En 1948, con setenta y siete años de edad, consigue regresar a Mallorca. En esta segunda etapa mallorquina la actividad pictórica es más reducida, y se recrea en temas tratados en etapas anteriores. Gallo de San Pedro es uno de los mejores lienzos de este período y una de sus últimas grandes composiciones.
Jardí amb xiprers - 1930 - 1940
Costa nord de Formentor - 1936
Paisaje - 1938
Árboles cerca del Monasterio de Montserrat - 1938
Acantilado en Formentor - 1936 - 45 x 51,2 cm.
Flores y frutos. Jarrón blanco - 1940 - 45
Primavera. Lirios anaranjados - 1943
Dalias - 1940-47. Óleo sobre lienzo. 111 x 85 cm. Museu de Montserrat. Montserrat. Barcelona
Gallo de San Pedro - 1949
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