sábado, 22 de diciembre de 2012

Paula Modersohn-Becker





Paula Modersohn-Becker ( Dresde, 8 de febrero de 1876 - Worpswede, 21 de noviembre de 1907 ) fue una pintora alemana, y una de las representantes más precoces del movimiento expresionista en su país.

Originaria de Dresde, Paula Becker se comprometió en estudios de pintura y reunió a artistas independientes en el pueblo de Worpswede, no lejos de Bremen, que predicaba un retorno a la naturaleza y a los valores simples de la gente campesina. Allí se casó con el paisajista Otto Modersohn. La falta de audacia de los pintores de Worpswede, la empujaron a usar inspiraciones exteriores y a efectuar repetidas estancias a París.

Los catorce cortos años durante los cuales Paula Modersohn-Becker ejerció su arte le permitieron realizar al menos setecientos cincuenta lienzos de pintura, trece estampas y cerca de un millar de dibujos. Su estilo, particularmente único y original, es el fruto de múltiples influencias, a los confines de la tradición y de la modernidad. Su pintura presenta aspectos que mezclan el impresionismo de Cézanne o Gauguin, el cubismo de Picasso, el fauvismo, el arte japonés y el renacimiento alemán. La fuerza expresiva de su obra resume sólo los principales aspectos del arte a principios del siglo XX. Paula Modersohn-Becker murió a los treinta y un años. Actualmente, la artista, es poco conocida más allá de los países germanófonos.




A principios del verano de 1892, sus padres enviaron a Paula Becker a Inglaterra con el fin de efectuar una estancia lingüística. Una hermanastra de su padre vivía en las afuera de Londres, y Paula debía reunirse con ella, para aprender a hablar inglés y, al mismo tiempo tener un hogar. Gracias al apoyo de su tío, la joven muchacha pudo también recibir cursos artísticos. Después de algunos estudios preliminares de bosquejos, comenzó a frecuentar a una escuela privada de las Bellas Artes, donde pasaba seis horas al día iniciándose en la técnica de dibujo. Estos cursos sin embargo se abandonaron rápidamente: sus padres inicialmente habían fijado la duración de la estancia londinense de Paula en un año, pero la nostalgia del hogar y la disciplina autoritaria que le imponía su tía impulsaron a Paula volver hacia Alemania apenas seis meses más tarde.

Debido a la influencia de su padre y del respeto a éste Paula Becker siguió las clases de una escuela de formación de maestras a partir de 1893, en Bremen. Seguía en esto de mala gana los pasos de su hermana mayor, que había seguido los mismos estudios. No obstante pudo obtener de su padre, a cambio, el derecho a asistir a cursos de pintura.

Las clases de pintura se efectuaban en casa del pintor Bernhard Wiegandt, y constituyeron particularmente para Paula la primera ocasión de trabajar  verdaderos modelos. De esta época datan por ejemplo una serie de retratos de sus hermanos y hermanas, así como su primer autorretrato, realizado hacia 1893.




Autorretrato - 1897

A principios del año 1893, Paula pudo admirar por primera vez las realizaciones del círculo artístico de Worpswede, cuando Fritz Mackensen, Otto Modersohn, Fritz Overbeck, Hans am Ende y Heinrich Vogeler expusieron sus telas al museo de Kunsthalle de Bremen. La joven mujer fue encantada sobre todo por una obra de su futuro marido, Otto Modersohn. 

Paula pudo viajar a Berlín a principios de 1896 con el fin de seguir durante seis semanas cursos de dibujo y pintura para la Asociación de los Artistas Berlineses (Verein der Berliner Künstlerinnen). La existencia de este tipo de asociaciones era una necesidad para las mujeres, que no tenían aún acceso a las academias de las Bellas Artes de la época.





 Autorretrato - 1897

La enseñanza impartida en Berlín concedía un lugar preponderante al dibujo, realizado a partir de modelos profesionales. Sólo se admitía a las clases a aquellas candidatas que tenían ya un buen control de la materia. Numerosos dibujos de desnudos realizados por Paula y que databan de este período han podido conservarse: las líneas, por regla general, son fuertemente marcadas, y los efectos de claroscuro afectan su omnipresencia. En 1897, Paula fue admitida por primera vez en la clase de Jeanne Bauck. Este artista, hoy caído en el olvido, tuvo una profunda influencia sobre su joven alumna, y la persuadió más tarde a que fuera a vivir por algún tiempo a París.

Durante su estancia berlinesa, Paula Becker pasó numerosas horas en las galerías de los museos. Al igual que los artistas del movimiento nazareno, que había conocido su apogeo siete décadas antes, a Paula le gustaban por encima de todo, los lienzos del Renacimiento alemán e italiano.





busto de mujer - 1897/98 - 65,7 x 44,7 cm.

Con motivo de las bodas de plata de los padres, la familia Becker emprendió, en el verano de 1897, una excursión al pequeño pueblo de Worpswede. A Paula le impresionó la singularidad del lugar, el colorido del paisaje y en especial la "colonia artística" (Künstlerkolonie) que había sido fundada allí algunos años antes. Ese mismo otoño, Paula visitó de nuevo Worpswede en compañía de una amiga y, cuando en enero de 1898, heredó 600 marcos  decidió volver a Worpswede, con el consentimiento familiar.




Estudio - 1898/99 - 45,5 x 74,5 cm.

Su madre Matilde Becker había previsto que su hija estuviera allí durante dos semanas en las clases de pintura y de dibujo de Fritz Mackensen, como iniciación antes de irse en otoño a París y encontrar allí un trabajo de niñera. A pesar de todas estas precauciones familiares, parece que la intención de Paula Becker, cuando tomó finalmente la carretera de Worpswede en septiembre de 1898, era permanecer bastantes más tiempo del previsto, pues ambicionaba hacerse artista profesional.




Mujer con blusa roja - 1899

Los artistas que se habían instalado en Worpswede en 1889 reivindicaban su independencia frente a las grandes academias artísticas. La inmensa mayoría eran antiguos alumnos de la Academia de las Bellas artes de Düsseldorf, una institución que había brillado con Wilhelm von Schadow. Como muchos jóvenes artistas del siglo XIX consideraban las academias de pintura como instituciones oficiales y a sus profesores y métodos obsoletos. 




Elbeth - 1902

En Worpswede, aspiraban a crear un espacio con, por y para la naturaleza, como antes hiciera Théodore Rousseau con la escuela de Barbizon. Como en Francia, el objetivo era doble: trabajar «au plein air», revolucionando así la técnica pictórica, y reflejar en su obra a la población campesina, que juzgaban de una pureza aún original y no corrompida por la civilización.




Paula Modersohn-Becker y su amiga Clara Westhoff en el taller

Una profunda amistad uniría desde un principio a Paula Becker y Clara Westhoff, joven aspirante a escultora, alumna de Mackensen en cursos de dibujo y modelado. Paula, inicialmente al margen de la ideología de la colonia, se mostró menos reservada a partir de marzo de 1899, en particular con su futuro marido Otto Modersohn y con Heinrich Vogeler. Paula realizó varias estampas con la técnica de aguafuerte durante el verano de 1899; la estricta disciplina que imponían las técnicas de grabado no debieron cautivarla. Fritz Mackensen, inicialmente importante para el despertar de su talento, dejó de interesarle ya a finales de aquel año. Su original estilo, que tendía cada vez más a la simplificación de las formas y los colores, no tenía reflejo en Worpswede. 




Joven con jarrón y flores - 1902/03

A pesar de que artistas como Max Slevogt, Lovis Corinth, Max Liebermann o Wilhelm Leibl empezaban a tener sus primeros éxitos en Múnich y Berlín, Alemania seguía fiel a los salones de pintura y el arte académico. En París, al otro lado de la frontera, la apertura y la innovación en la vida artística eran un señuelo irresistible para sensibilidades como la de Paula Becker.




Mujer con bufanda negra - 1903 - 39 x 37,5 cm.

El 31 de diciembre de 1900 que Paula tomó caminó rumbo a Francia. Al igual que Roma había sido un gran centro de atracción para todos los artistas alemanes a principios del siglo XIX, París entonces se había vuelto el lugar de encuentro por excelencia de todas las corrientes artísticas europeas. Varios artistas alemanes muy conocidos, como Emil Nolde, Bernhard Hoetger o Käthe realizaron entancias más o menos largas. En cuanto a Clara Westhoff ( la amiga de Paula, en la ciudad de Worpswede), ya se encontraba allí desde fines de 1899, animada por la esperanza de convertirse en alumna de Auguste Rodin. Paula y Clara pasaron juntas un año en París, en agosto retornaron a Worspede, y luego pasaron juntas el invierno en Berlín.



Campesina de rojo - 1903

Paula Becker se instaló en el número 9 de la calle Primera Campaña, en el distrito XIV de París. Paula fue a seguir las clases de la Académie Colarossi en el Barrio Latino de París, porque esta última ofrecía la ventaja de aceptar a las mujeres, y volvió a examinar los museos como lo había hecho en Berlín.




Autorretraro - 1905 - 34,5 x 27,3 cm.

Sola o en compañía de Clara, frecuentaba las exposiciones y galerías artísticas para familiarizarse con la pintura moderna francesa. Clara Westhoff reporto más tarde algunas anécdotas vinculadas a este período, como, por ejemplo, la visita hecha al vendedor de arte Ambroise Vollard, la profunda fascinación sentida por Paula hacia la obra de Paul Cézanne, en aquel entonces completamente desconocido. Según la historiadora del arte Christa Murken Altrogge, Paula Becker fuela primera artista alemana que percibió el talento revolucionario de este pintor. En una carta con fecha del 21 de octubre de 1907 dirigida a Clara, Paula escribía muchos años más tarde que Cézanne: «es uno de los tres o cuatros grandes genios que tuvieron sobre mí el efecto de una tormenta.»




Autorretrato - 1905

En 1900 se celebró la Exposición Universal destinada a conmemorar la llegada del nuevo siglo. Este acontecimiento fue la ocasión de venir a París para Fritz Overbeck y el paisajista Otto Modersohn, que llegó en junio. Paula Becker ya conocía a Otto y, admiraba su trabajo en Worpswede, apreciaba mucho a este hombre once años mayor que ella. En aquel entonces Modersohn estaba casado con Hélène, quien tenía mala salud hecho que la retuvo en Worpswede, muriendo en la corta estancia parisina de Otto. La tragedia precipitó la vuelta de Modersohn y Overbeck a Alemania. Dos semanas después Paula y Clara regresarón a Worpswede por que el dinero con el que contaban se agotaba.




Paula y Otto

Otto Modersohn y Paula Becker se casaron el 25 de mayo de 1901. La pareja efectuó una corta luna de miel, a la cual les invitó Gerhart Hauptmann cerca de Hirschberg en Silesia, hoy territorio polaco. Se abre a continuación un período de la vida de Paula Modersohn-Becker en que intentó reconciliar sus ambiciones artísticas con su nueva vida de esposa, mujer de la casa y madrasta de la pequeña Elisabeth, resultado del primer matrimonio de Otto Modersohn. Paula, como taller, no disponía más que de una pequeña habitación con una sola ventana. Otto decidió construir un tragaluz en el techo del edificio principal, para que su esposa trabajara. Desde las nueve de la mañana hasta alrededor de la hora de la tarde, Paula podía así pintar en su taller, salía para almorzar luego volvía de nuevo a su trabajo a las quince horas, para permanecer a menudo hasta la noche, cuando pasaban de las siete de la tarde. Intentaba sin embargo ser una madre atenta y concienzuda para su hijastra Elisabeth. Esta última sirvió por otra parte de modelo a toda una serie de retratos de la niña, como el Muchacha en un jardín al lado de una bola de cristal, que data de 1901 o 1902, y la Cabeza de una pequeña muchacha.



Otto durmiendo - 1906 - 39,7 x 46,3 cm.

El matrimonio tuvo también el mérito de entregar definitivamente a Paula la posibilidad de ejercer el oficio que le gustaba con el fin de garantizar su subsistencia. En vida, la joven mujer sólo consiguió vender dos de sus lienzos, respectivamente a sus amigos Rilke y Vogeler. La situación, no obstante, tenía también cosas negativas. Mientras que Otto, en su diario, afirma que la vida de pareja se desarrollaba mejor que lo que habría creído, se encuentra en el de Paula, en la fecha de navidad de 1902, una actitud más crítica y más teñida de ironía.




1906 - 73 x 59 cm.

Contrariamente a su marido, que buscaba la calma y la soledad de Worpswede para ejercer todo su arte, Paula Modersohn necesitaba una determinada variedad y del contacto con el mundo exterior. Paula Modersohn-Becker dejó Worpswede el 23 de febrero de 1906. Ella indica claramente en su diario que este gesto equivale a una ruptura con Otto. 




 Campesina - 1906

Este último sorprendido envió a París  cartas que la conjuraban a volver de nuevo con él. A cambio de volver Paula le rogó acostumbrarse a la idea de que perseguiría en adelante su propia vía en la vida. Su marido incluso llegó a viajar a París durante una semana en el mes de junio, pero el diálogo entre la parejas siguió siendo infructuoso. Otto Modersohn siguió a pesar de todo manteniéndola financieramente y recibiendo el apoyo moral de la propia familia de Paula, que acusaba a esta última de egoísta.




Retrato de Rainer Maria Rilke - 1906 - 32,3 x 25,4 cm.

La joven se instaló en un taller especialmente espartano de la avenida de Maine, en el distrito XIV de París. Volvió a frecuentar los cursos de dibujo, las exposiciones de la vanguardia e incluso asistió a un curso de anatomía en la Escuela de Bellas Artes, dado que su estilo la dejaba insatisfecha.




Bodegón con naranjas - 1906

Muy intrigada por una escultura expuesta en el Salón de los Independientes, visitó a su escultor Bernhard Hoetger en su taller. Cuando una observación fortuita de Paula reveló a Hoetger que ella era artista, él insistió en ver sus obras, y quedó estupefacto. Paula Modersohn-Becker hasta entonces solo había encontrado apoyo en Worpswede al lado de su marido y de Rainer María Rilke. Los elogios que recibió valían oro.





Autorretrato - 1906 - 67,5 x 57,5 cm.

La valoración de Hoetger hacia Paula la animó a desplegar sin ningún temor toda la fuerza y el potencial de su pintura. Se calcula el número de telas realizadas entre 1906 y 1907 asciende aproximadamente a noventa. Su biógrafo Lieselotte von Reinken hace por otra parte la observación que sería dudoso poder físicamente asignar tanto trabajo a una misma persona, si las cartas y el diario del artista no estuvieran allí para certificarlo.



 


Paula dedicó su tiempo principalmente a las pinturas de desnudos, además de estas últimas también dedicó tiempo a las pinturas de naturaleza muerta, esta época también cuenta numerosos autorretratos tales como el Autorretrato con limón, donde la artista aparece generalmente semi desnuda. Llegó hasta inaugurar una clase inédita en la historia del arte, es decir el autorretrato enteramente desnudo




Autorretrato - 1907

El 3 de septiembre de 1906, Paula Modersohn-Becker hizo saber a su marido que quería divorciarse, y le pidió una última suma de 500 marcos. En consecuencia, ella misma se comprometía satisfacer sus propias necesidades. Sin embargo el 9 de septiembre resolvió volver a Worpswede. 




Granjera - 1907 - 75,5 x 58 cm.

Este cambio de actitud de imputarse principalmente a Bernhard Hoetger, que había convencido a la Paula de hasta qué punto la deterioraría la situación de garantizarse ella misma su subsistencia. Otto Modersohn había llegado a París desde el mes de Octubre para pasar el invierno con ella. Se instaló en un taller situado en el mismo edificio que el de su esposa. 




Autorretrato - 1907 - 62 x 31 cm.

En marzo de 1907, la pareja regresó de nuevo a Worpswede. Paula finalmente consiguió la alegría de quedar embarazada pero al mismo tiempo sufría al no poder estar en condiciones adecuadas para dedicar su tiempo al frente de su caballete. 




El 2 de noviembre, en el momento de un parto particularmente difícil, Paula dio a luz a una niña, Mathilde (Tillie) Modersohn. El médico recomendó a la joven madre guardar reposo en cama durante varios días. El 20 de noviembre, mientras que se le autorizaba por primera vez a levantarse, Paula Modersohn-Becker fue víctima de una embolia pulmonar, y murió a sus treinta y un años de vida.




Cementerio de Worpswede monumento a Paula Becker - 1907






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