Richard Dadd, el mensajero de Osiris
Richard Dadd nació en agosto de 1817 en Chatham (Kent), hijo de un distinguido químico que unos años más tarde se instaló en Londres. En esta capital realizó sus estudios de arte y pronto se hizo notar por obras de delicada fantasía plasmada con preciso realismo, como Puck, Titania sleeping y, sobre todo, Come into these yellow sands, una cabalgata de danzantes feéricos en una playa a la luz de la luna que fue la sensación de la exposición anual de la Royal Academy en 1842. Dadd tenía 25 años, y en esa misma fecha partió con su amigo sir Thomas Philips, antiguo alcalde de Newport, a un viaje iniciático por Italia, Grecia, Turquía y Egipto. En el trayecto realizó numerosos esbozos -la Salute de Venecia, olivos de Atenas, camellos turcos, paisajes de Rodas...- y algunos óleos de tinte oriental, muy dentro del gusto victoriano que comenzaba a perfilarse. En la Navidad de 1842 sufrió una fortísima insolación en Egipto que hizo temer por su vida.
A partir de entonces su imaginación se desbocó por rumbos sublimes y peligrosos.
Cuando volvió a Inglaterra, Richard Dadd se sabía poseído por él dios egipcio Osiris, qué había decidido convertirle en su emisario e instrumento. La tarea que le encomendó era urgente y vasta: acabar con las manifestaciones del diablo que pululan por el mundo. Una de las advocaciones satánicas más evidentes encarnaba en sir Thomas Philips, su ex compañero de viaje; otra, aún peor, en su propio padre, el reputado químico que tantas ilusiones tenía depositadas en el hijo artista.
Robert Dadd se resistió a reconocer la insania de su hijo y aspiró a curar las secuelas de la fatal insolación por medio del reposo. Pese al dictamen sin ambages del doctor Alexander Sutherland, que consideró que Richard ya no era responsable de sus actos, el padre siguió resistiéndose a internar a su hijo en un manicomio. Entre tanto, la voz de Osiris no cesaba en sus secretas amonestaciones y su enviado en la tierra tramaba un plan exterminador.
Con el pretexto de que una estancia en su tierra natal le repondría, Richard citó a su padre en Cobhan y allí se reunieron para cenar en Ship Inn. Después salieron a dar un paseo. A la mañana siguiente, el padre fue encontrado apuñalado en una zanja y Richard huyó a Francia, donde Osiris iba a señalarle nuevos avatares diabólicos que debían ser inmolados. Fue arrestado cerca de Fointainebleau, tras haber agredido a un desconocido en un vagón de tren, un poco al modo del personaje de Gide en escaves du Vaticain.
Internado en el State Criminal Lunatic Asylum, dependiente del Betlhem Hospital, Richard Dadd dio por terminada su misión de mayal del dios y volvió a su oficio de pintor.
Autorretrato - c. 1823
Existe otra versión
Cierto día en El Cairo, se unió a un grupo de hombres que estaban fumando opio en esas famosas pipas de agua. Parece ser que a Richard esto le acabó gustando, porque continuó fumando ininterrumpidamente durante cinco días con sus noches.
A estas pipas de agua los ingleses las llaman “hubble bubble”, por el característico sonido que emiten con sus burbujas al bombear aire a través del agua. Richard Dadd creyó haber descubierto que ese gorgoteo era un lenguaje, y esos cinco días fumó sin parar, tratando de descifrar aquel código. El asunto es que tanto opio, acabó por ocasionarle trastornos en el cerebro.
Su compañero de viaje se dio cuenta de los cambios en la conducta de su amigo, y lo envió de regreso a Inglaterra. Allí, Richard Dadd explica a los psiquiatras que se encontraba poseído por el dios egipcio Osiris, quien le había encomendado una tarea. Los médicos le diagnosticaron insolación, y le recomendaron una temporada de reposo en el manicomio, pero su padre se resistía a aceptar la locura de su hijo, y creyó que lo más conveniente era trasladarlo al campo para que descanse y respire aire fresco, así que se lo llevó consigo.
Una tarde soleada ambos salieron a caminar por la campiña inglesa, y allí, cerca de un claro, Richard asesinó a su padre de un machetazo en la cabeza, y luego, procedió a desmembrar su cuerpo. El cadáver fue encontrado el día siguiente, pero Richard ya había huido a Francia, donde el dios Osiris iba a mostrarle a quien debía seguir asesinando. Al poco tiempo fue arrestado cerca de Fointainebleau cuando estaba a punto de degollar a un desconocido en un tren. Entre sus pertenencias la policía encontró una larga lista de personas que Richard debía asesinar, entre las que se encontraban personalidades como el Papa y el Emperador de Austria. Su propio padre aparecía encabezando la lista. Enseguida fue internado de por vida en el State Criminal Lunatic Asylum, donde dio por terminada su misión con el dios egipcio, y se dedicó completamente a su oficio de pintor. Tenía apenas 27 años. )
El golpe del leñador maestro ( The Fairy Feller's Master Stroke ) 1855 - 39,4 x 54 cm.
Al visitante de la Tate Gallery de Londres, donde tantas obras maestras le esperan, le aconsejaría una atención especial a una de las más singulares y menos frecuentadas: The fairy-feller's masterstroke ( El gran golpe del leñador mágico ), que fue pintada en el manicomio de Bethlem entre los años 1855 y 1864. Su autor, Richard Dadd, artista, parricida y demente, murió tras haber pasado 42 años encerrado en varios centros de reclusión para lunáticos. Quisiera celebrar con esta breve nota su destreza pictórica y también rememorar su calvario.
Efectuó apuntes plácidamente sombríos de la rutina manicomial. Pero, sin duda, la más memorable de sus creaciones fue el pequeño óleo (22 por 16 pulgadas) en el que se retrata de una vez por todas el magistral golpe del leñador mágico, cuya realización le ocupó casi 10 años y que dejó inacabado al ser trasladado al manicomio de Broadmoor. En un escenario de abigarramiento obsesivo, pintado al microscopio, sin huecos ni alivio, el anónimo leñador se dispone eternamente a descargar su hachazo definitivo sobre una gigantesca castaña. Diversos personajes de fábula, elegantemente hechizados o grotescos, margaritas atentas, juncos, frutos caídos, observan con aliento suspenso la ejecución de lo inminente. Quizá esperen ser rescatados por ese sacrificio a la vez implacable e incruento, duplicación misteriosa de aquel otro, sanguinario, que los esclavizó en el jardín alucinante.
Trasladado a Broadmoor, Richard Dadd regaló su obra maestra inacabada a uno de sus enfermeros. En su nueva penitenciaría sobrevivió aún 21 años, hasta su fallecimiento el 8 de enero de 1886.
El golpe del leñador maestro - detalle ( clicar )
Es la vivencia desgarradora del tiempo en la acción lo que está allí pintado, como bien resume Octavio Paz en su comentario de la obra: "La espera es eterna: anula el tiempo; la espera es instantánea, está al acecho de lo inminente, de aquello que va a ocurrir de un momento a otro: acelera el tiempo". Eterno retorno de lo mismo tan raudo que ni siquiera llega a ocurrir la primera vez, y así consigue su particular infinitud, juntamente opresiva y fascinadora. En el pequeño óleo no se distingue ni una pincelada: las figuras no parecen pintadas, sino injertadas en un decorado tangible.
El golpe del leñador maestro - detalle ( clicar )
Esta pintura es hoy una de las obras maestras de la colección de la Tate Gallery de Londres, y hasta el mismísimo grupo Queen le dedicó una canción escrita por Freddy Mercury: The fairy feller’s master-stroke.
El golpe del leñador maestro - detalle
Oh tú, visitante de la Tate Gallery, detente un momento ante este momento detenido del leñador mágico, reflexiona sobre el peso de lo irrevocable y da gracias por tu frágil cordura al oscuro destino que ignoras.
El golpe del leñador maestro - detalle
Venid a estas arenas amarillas - 1842
Caravana en Mylasa - 1845 - 30,5 x 21,3 cm.( clicar )
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Hombre joven - 1853 - 50 x 60 cm.
La huida de Egipto - 1849 - 126,4 x 101 cm ( clicar )
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La huida de Egipto - detalle
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Negación - 1860 - 34,3 x 50,8 cm.
Negación - detalle
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Negación - detalle
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Mercado de pescado - 1860 125,7 x 100,3 cm. ( clicar )
Mercado de pescado - detalle - Este fragmento lo encuentro fascinante ( clicar )
Mercado de pescado - detalle
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Titania durmiendo - 1862
Músicos errantes - 1878 - 51 x 61 cm.
Músicos errantes - detalle
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Retrato de Sir Alexander Morison ( clicar )
David perdona la vida a Saul - 1854
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Parada en el desierto - c. 1845 - 70,7 x 36,8 cm. ( clicar )
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