Mickaël Bethe-Selassié nació el 15 de febrero de 1951, en Diré-Dawa, un pequeño pueblo en el este de Etiopía. El más joven de tres hijos, pasó su adolescencia en Addis-Abeba. Hizo su educación secundaria en la escuela Guebre Mariam. Llegó a Francia a la edad de veinte años, estudió física y química durante tres años. Autodidacta, empezó sus esculturas de la edad de treinta años. Su estudio está situado en el distrito 13 de París. Las esculturas de Bethe-Selassie han sido el centro de exposiciones individuales en Brasil, Namibia, Sudáfrica y toda Europa. Además, su trabajo ha sido incluido en numerosas exposiciones colectivas en todo Estados Unidos y Europa. El trabajo del artista también se incluye en la colección de arte contemporáneo de la ciudad de París.
Las esculturas de Bethe-Selassie se caracterizan por su imponente tamaño y color intrépido, y cada una transmite una presencia que es a la vez lúdica y de poder. El artista es, sobre todo, un maestro colorista, animando a sus personajes a través de cambios de matices en el tono y la utilización de las cualidades de sus materiales para producir figuras carnavalescas. Comienza con un marco de madera y caña, cubierto con tela metálica, le aplica el cartón piedra en la creación de la criatura fantástica a medida que avanza. Selassié no funciona a partir de bocetos ni se consideran las obras terminadas hasta que él los ha pintado. Para Selassie la inspiración se dibuja no sólo de los iconos tradicionales y pergaminos litúrgicas de su Etiopía natal, también a partir de los carnavales en todo el mundo, obras de artistas contemporáneos que trabajan en Europa, y su imaginación. Exiliado de su patria durante los 17 años de régimen militar marxista, Selassié ha regresado hace poco, tratando de reafirmar sus entendimientos de las artes tradicionales de Etiopía a través de la lente de una experiencia diaspórica durante mucho tiempo. Bethe-Selassié ha tenido un gran éxito en el mundo del arte occidental. Él no se identifica simplemente como etíope, o africano, surge además de las experiencias de vivir durante muchos años en París, mirando con atención, aprendiendo de su oficio y absorbiendo influencias de numerosas fuentes. Esta pieza monumental ha sido bien publicada y exhibida en todo el mundo. Se invita, emocionante a un tour de force de la imaginación.
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